El Seminario Mayor es «una comunidad eclesial educativa, más aún, es una especial comunidad educativa. Y lo que determina su fisonomía es el fin específico, o sea, el acompañamiento vocacional de los futuros sacerdotes, y por tanto el discernimiento de la vocación, la ayuda para corresponder a ella y la preparación para recibir el sacramento del orden con las gracias y responsabilidades propias, por las que el sacerdote se configura con Cristo cabeza y pastor y se prepara y compromete para compartir su misión de salvación en la Iglesia y en el mundo». Juan Pablo II, Pastores Dabo vobis, 61.
Desde el seminario mayor es preciso preparar la futura formación permanente y fomentar el ánimo y el deseo de los futuros presbíteros en relación con ella, demostrando su necesidad, ventajas y espíritu, y asegurando las condiciones para su realización.